El acetato de celulosa, o “carey ecológico”, es un material que surge como alternativa al carey natural. Este material sintético se extrae de la corteza del árbol de caucho, dando como resultado un soporte de apariencia similar a la del carey auténtico.

El carey es un material bastante conocido para el común de la gente. Durante mucho tiempo fue empleado para fabricar accesorios para el pelo, peines, monturas de gafas, brazaletes y demás objetos de uso cotidiano. Paralelamente, en el mundo de las marcas de lujo, el carey fue sinónimo de estatus y exclusividad, dadas sus características estéticas.

Este material se obtiene del caparazón de la tortuga carey (eretmochelys imbricata), una especie declarada en peligro de extinción. El doctor Francisco Gutiérrez, profesor titular del programa de Biología Marina de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, afirma que actualmente en las dos costas del país viven aproximadamente cien tortugas carey (¡solo cien!), número alarmante teniendo en cuenta que en las playas de Costa Rica, por ejemplo, existe un promedio de 120.000 tortugas de esta misma especie.

En 1973, se firmó la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), un documento mediante el cual ochenta países decretaron un listado de especies en peligro crítico por comercio. Este documento entró en vigor mundialmente en 1975 y en Colombia se adoptó en 1977. Sin embargo, durante las décadas siguientes, las poblaciones de tortuga carey (especie protegida por la CITES) se han visto diezmadas de manera desproporcionada, tanto así que hoy en día se considera ilegal comercializar en el país productos fabricados con carey natural.